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martes, 11 de mayo de 2010

1916, en Buenos Aires Isadora Duncan bailó nuestro himno...

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Isadora Duncan, fotografía de Arnold Genthe
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Pocas noches después de nuestra llegada a Buenos Aires fuimos a un cabaret de estudiantes: una sala espesa por el humo, de techo bajo y largas dimensiones, una sala de las que allí se estilan, con jóvenes morenos enlazados a chicas igualmente morenas, bailando todos el tango. Yo no había bailado nunca el tango, pero un mozo argentino que me servía de guía me obligó a intentarlo. A mis primeros pasos tímidos sentí que mis pulsaciones respondían al incitante ritmo lánguido de aquella danza voluptuosa, suave como una larga caricia, embriagadora como el amor bajo el sol del mediodía, cruel y peligrosa como la seducción de un bosque tropical. Sentía todo esto mientras el brazo de aquel mozo de ojos negros me guiaba estrechñandome confidencialmente, y ahora, como entonces, me atraviesa la mirada de sus ojos osados, que se incrustaban en los míos.

Fui en seguida reconocida y rodeada por los estudiantes, que me dijeron que estaban celebrando la noche de la Libertad de la Argentina, y me rogaron que bailara el himno. Como siempre me ha gustado complacer a los estudiantes, accedí, y después de oir la traducción de las palabras argentinas del himno, me envolví en su bandera e intenté simbolizar los sufrimientos de su colonia cuando era esclava y el júbilo de la libertad cuando se desprendió del tirano. MI éxito fue eléctrico. Los estudiantes, que no habían visto nunca una danza de aquel género, gritaron entusiasmados y me pidieron que repitiera una y mil veces el himno, mientras ellos cantaban.

Llegué al hotel radiante por el éxito y enamorada de Buenos Aires; pero, ¡ay!, me alegré demasiado pronto. A la siguiente mañana mi empresario vino furioso a leerme la reseña sensacional que habían publicado los periódicos y a informarme de que, según la ley, consideraba roto mi contrato. Todas las familias de Buenos Aires habían anulado su abono y declarado el boicot a mis funciones. Aquella velada tan deliciosa con los estudiantes fue la ruina de mi viaje a Buenos Aires.

El arte da forma y armonía a lo que en la vida es caos y discordia. Una buena novela llega artísticamente hasta una crisis determinada, pero no nos habla de la anticrisis, de las reacciones subsiguientes a la crisis aguda. El amor en arte termina, como en "Iseo", con una trágica y hermosa nota final; pero la vida está llena de anticrisis, de reacciones posteriores a la crisis culminante, y un conflicto de amor en la vida real termina generalmente con una discordia. Es como si dijéramos que en medio de una frase musical hubiera una disonancia clamorosa y patente. En la vida real sucede a menudo que un conflicto amoroso revive al cabo de su culminación para morir de una muerte miserable, en la tumba de las reclamaciones judiciales y de las minutas de los leguleyos.

Fragmento de la autobiografía de Isadora Duncan
My Life (Mi Vida)
Editorial Losada (Buenos Aires, 1976)


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1916, Buenos Aires: Isadora




Descalza, desnuda, apenas envuelta en la bandera argentina, Isadora Duncan baila el himno nacional.

Una noche comete esta osadía, en un café de estudiantes de Buenos Aires, y a la mañana siguiente todo el mundo lo sabe: el empresario rompe el contrato, las buenas familias devuelven sus entradas al Teatro Colón y la prensa exige la expulsión inmediata de esta pecadora norteamericana que ha venido a la Argentina a mancillas los símbolos patrios.

Isadora no entiende nada. Ningún francés protestó cuando ella bailó la Marsellesa con un chal rojo por todo vestido. Si se puede bailar una emoción, si se puede bailar una idea, ¿por qué no se puede bailar un himno?


La libertad ofende. Mujer de ojos brillantes, Isadora es enemiga declarada de la escuela, el matrimonio, la danza clásica y de todo lo que enjaule el viento. Ella baila porque bailando goza, y baila lo que quiere, cuando quiere y como quiere, y las orquestas callan ante la música que nace de su cuerpo.

Eduardo Galeano - Mujeres
Alianza Cien (Madrid, 1995)

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Lirium*
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12 comentarios:

Estrella dijo...

Qué libro delicioso; una mujer única, una afortunada.

Euphoria dijo...

No sabía nada de esto, gracias por contarlo.
Se la ve tan etérea!!!

Marina Judith Landau dijo...

Leerlo en palabras de ella y de Galeano es de un valor inmensísimo.
Qué hermoso post!!
Besos ♥

Liliana Lucki dijo...

Simplemente maravilloso.

El placer de aquellos estudiante !!!

El goce de bailar con puro sentimiento !!!

La estupidez.......aveces imparable.

Te espero....tienes la invitación en mi blog.

Es un deseo,espero se cumpla !!!Saluda Liliana

Anónimo dijo...

No sabía del tema, que locura la gente declararle boicot.
Lindo post, dan ganas de leer el libro.
Besos!

Lirium*Lilia dijo...

ESTRELLA: Es mi libro de cabecera desde la adolescencia...Y sí, más que afortunada tenía su meta clara, a pesar de todo seguía su ruta (aunque le reconozco bastante egoísmo en muchas cosas, pero...
Pero siguió a rajatablas su lema: "Sin límites".
Un beso

EUPHORIA: Sí toda una revolucionaria, no sólo respecto a la danza sino a su estilo de vida.
Un beso

MARINA: A mí me emocionó tipiarlo, aunque lo he leído mil veces.
Gracias.
Besos ♥

Lirium*Lilia dijo...

LILIANA LUCKI: Gracias. Y sí, es tal cual vos decís... genialidad y estupidez están en puntos opuestos.
Sí, ví por el reader lo de tu exposición en Buenos Aires. No podré ir pero si me lo permitís publicaré en el blog y en Fb la muestra.
Ya pasaré a comentar y ver los nuevos trabajos.
Un beso.

CAIA: Así es y por desgracia las cosas no cambiaron tanto, no?
Al libro lo recomiendo... una vida intensa.
Un beso

La candorosa dijo...

Hermosos los párrafos que nos ha "tipeado" para compartir!!!

Una mujer que vivió la libertad de la sensibilidad en comunión con el arte y las emociones...

Los pacatos siempre han dejado su huella, la historia de la humanidad guarda infinidad de ellas!!

Isadora, realmente, fue única!!
(Ni que decir de Galeano!!!!)

Besotes!!!

Dante Bertini dijo...

desgraciado incidente que no recordaba!
gracias por ponerlo aquí y muy buena la "confrontación" con Galeano, que, como uruguayo, no se juega tontos prejuicios nacionalistas.

triste historia sobre la ignorancia y el subdesarrollo mental.

un abrazo

Dante Bertini dijo...

el libro no tiene desperdició, ¡aunque lo leí hace tantos años...!
coincido contigo: de ser afortunada lo fue por nacer con ese carácter indomable y revolucionador.

copio a marina, como verás
dante por dos

Lirium*Lilia dijo...

CANDOROSA: Usté tipea? yo tipio, jajás! Gracias.

Y sí, Isadora: única.
Galeano: clarito, no?

Un beso y buen finde, doña!

DANTE X 2: Gracias guapo!
Y por desgracia sigue habiendo gente que se siente ofendida ante muchos artistas, no?
Ese libro es mi preferido.
Abrazo doble.

toyboy dijo...

ok everything sounds very romantic and well done but you argentinians do not forget the she once upon on the time called you Negros!!!!!! and if i were you i would not be proud of her...anyways she was a bisexual and maneater, ...who was also kind of the first founder of modern dance. When she started dancing, dance was either ballet or, like, vaudeville showgirl type stuff. When expressionist theatre and art and modern literature all started to take off in the early 20th century, dance was about to be left behind. But her innovations in style and technique elevated dance to the status of art.